martes, 28 de septiembre de 2010

Entra luz, sana todo



¿Cómo se homenajea a alguien que no quiere ningún reconocimiento, que optó legítimamente por huir del mundanal ruido, que prefirió alejarse de la gran sociedad de egos de Occidente y que además es capaz de ser coherente y firme en su decisión?
Pues bien, es muy difícil. La colección El Rectángulo, como hemos repetido varias veces, toma su nombre de ese libro mítico de Sergio Larraín titulado "El rectángulo en la mano", publicado en 1963. Asumimos que su obra es inspiradora e insoslayable para todos los que amamos la fotografía.
Desde que partimos con la idea de esta modesta colección decidimos consultarle al maestro qué le parecía la idea. El maestro no respondió con un sí o con un no sino todo lo contrario. Pero respondió y esa es la principal acción: decir algo, estar ahí.
Y aprovechó generosamente, como suele hacer con todos los que se dan el tiempo de escribirle (y responde a todos los que le envían sus cartas), para hacernos llegar sus pensamientos más profundos sobre la situación de nuestra sociedad, sobre el destino incierto del mundo. No son buenas noticias, claro.
Lo que traemos hoy aquí es la respuesta que Sergio Larraín dio a nuestro primer título, "El río" de Mauricio Quezada. Es la carta enviada a Carla Möller cuando le hizo llegar un ejemplar de ese libro. En el primer párrafo, SL agradece "su bien editado librito de fotografía, con la triste imagen del Mapocho, su basura, miseria y triste aventura del fotógrafo".
El resto de la carta es un conjunto de elaboradas reflexiones, pero claras, sobre asuntos muchísimo más importantes que cualquier obra humana y que dibujan con alguna precisión los territorios por los que deambulan los pensamientos del fotógrafo chileno que, al menos nosotros, consideramos el más importante de todos los tiempos. El fotógrafo genial que renunció a la fotografía.
Les ofrecemos estos documentos importantes a toda la tripulación, a los que nos acompañan en esta pequeña aventura, con la idea de que sus pensamientos se difundan y puedan viajar a muchísimos destinatarios. Son dos páginas que pueden leerse y reelerse varias veces. Podemos quedarnos pegados en una frase un año entero. Ofrecen además posibilidades de desarrollo bibliográfico, de investigación directa en las fuentes originales. Lean y saquen sus conclusiones.