jueves, 17 de diciembre de 2009

Antonio, te dimos tu merecido




Fue un acto sencillo, amable, lleno de caras alegres que disfrutaban de las calurosas tardes de este final de primavera en Bellavista. Y tú, Antonio, fuiste el verdadero protagonista. La platinada Zaida González, que se fue con la mano adolorida de tanto firmar libros, y el resto de los presentes se sobrecogieron con la palabras de Andrés Pizolti, quien emocionado recordó al que fuera su compañero, amigo, hijo. Celebrábamos todos el lanzamiento del libro azul cuando Andrés nos trasmitió emocionado la ambigüedad que le provocaba este acto: la alegría de la presentación de un libro bello donde Antonio es el verdadero protagonista se contrastaba en su fuero interno con la pena de haberlo querido mucho, de echarle de menos, de recordarlo con tanta intensidad precisamente ahora.
Y fue Pizolti también quien precisó que el libro es un pasaporte hacia la eternidad, una manera de vencer el tiempo, un objeto mágico que tiene la posibilidad de sobrevivirnos a todos los que lo escuchábamos con atención, sobrecogidos con su discurso. Entre la audiencia brillaban con luz propia dos bellas novias de nuestro quiltro heróico.
Después de la presentación, y con la sala repleta, se repartieron vinos y cervezas (gracias amigo Kevin Szot; no sé si leerás esto, pero gracias de corazón por esas riquísimas chelas artesanales) y otros agasajos frutales. Risas, sonrisas, grupos animados de conversaciones y la noche que venía a refrescar un día sofocante.
Hablé en la entrada anterior de la calidad de los lectores de LA VISITA. Pues bien, lo mismo digo de los que estuvieron en la presentación. Caras conocidas de amigos importantes del mundo de la fotografía chilena, fotógrafos, artistas, periodistas, curiosos, amigos de uno y otro, amigos y más amigos compartiendo, departiendo, divirtiéndose. Todos amigos en el marco entrañable de la librería Mundo de Papel, donde la intrépida Paulette y su equipo volvieron a ser magníficos anfitriones.
Ahora, unas horas después del final de esta merecida fiesta, cuando sentimos que hay una etapa que aquí culmina, podemos decirlo con un peculiar orgullo: Antonio, te dimos tu merecido.

Antonio se viste de gala


Faltan apenas unos minutos para que esta aventura, que hemos ido narrando con algún detalle, entre en uno de sus momentos cúlmines. Esta tarde, a las 19:00 horas, se presenta el libro de ZG en la librería Mundo de Papel. Ya saben, muy cerquita de la plaza Camilo Mori, en pleno barrio Bellavista. Mientras escribo esto, Antonio está vistiéndose de gala para tan destacada ocasión.
Muchos amigos están invitados a la ceremonia. Otros que no podrán acudir nos envían mensajes de apoyo desde la distancia. Junto a la autora, protagonista estelar de este magno evento, está invitado a glosar este proyecto Andrés Pizolti, artista visual y padre putativo de Antonio.
Nuestro afamado quiltro, cuyos restos mortales descansan en el Cerro San Cristóbal, estará presente en espíritu en un acto que deseamos emotivo y entrañable. El quiltro del momento se moverá a sus anchas entre todos los visitantes que allí nos juntemos. Moverá su cola feliz, entre tanta maletita, como en sus mejores tiempos.
Un vino de honor rematará el primer trayecto de este colorido viaje. Después será el turno de los libros. Les corresponde ahora a ellos salir a los caminos del mundo, buscar las manos amigas que los abran y los ojos ávidos que los recorran. En todos ellos vivirá de nuevo Antonio. En todos nuestro can galán volverá a cortejar a sus novias.

martes, 15 de diciembre de 2009

La calidad de los lectores


Llegaron los libros a Mundo de Papel. Zaida González, in person, acudió ayer a Constitución 166, en Bellavista, a firmar las cien copias que se entregarán con los ejemplares de preventa. Los que formalizaron ya el pago pueden pasar a buscar sus libros con fotos: esperan ya impacientes allí con su nombre. El resto todavía puede hacerlo hasta el miércoles 16 (es decir mañana: corran) inclusive. El jueves, en la presentación, habrá libros disponibles. También se podrán adquirir por separado las fotos que resten, aunque esto último se ve difícil porque quedan poquitas.
La calidad de Las novias de Antonio no se mide única y exclusivamente por los valores de esta obra, llena de la personalidad de su autora y de los criterios editoriales de LA VISITA. Se mide, sobretodo -pues ese es el objetivo de cualquier publicación: llegar a los otros-, por la calidad de sus lectores. Así que tal vez no seamos millones pero con seguridad sí somos gente muy especial, capaz de valorar en su justa medida y proporción lo que estamos haciendo.
Si no me creen, miren la foto de esta entrada. Allí, junto con la platinada ZG, está Miguel Ángel Larrea, uno de los grandes nombres de la fotografía chilena, editor de varios medios en nuestro país, figura con reconocimiento internacional y promotor de variadas empresas fotográficas dentro y fuera de nuestras fronteras. En fin, el curriculo es muy largo y se resume en una palabra: amigo. Acudió a vernos en cuanto supo que estábamos allí y disfrutamos una vez más de su presencia. Nos empapapó con su entusiasmo y siempre tiene mucho. Se llevó además cinco libros (para el hermano, para la hermana, para no se quién...) y quedó con ganas de más. Buena prueba de que le gustaron mucho.

lunes, 14 de diciembre de 2009

La dimensión física de un chiche



Por fin. Ayer domingo un simpático señor, que seguía abosorto por la radio la contienda electoral y que cuidaba las dependencias de la imprenta, preguntó por nuestro nombre, hizo las verificaciones oportunas y nos pasó las ansiadas y pesadas cajas. Cabe deducir que tuvimos a todo un equipo trabajando el fin de semana -van juntas nuestras disculpas y nuestros agradecimientos- porque necesitábamos tener listos los libros y ponerlos a circular. No queríamos fallar a los que nos están esperando.
Abrimos las cajas con emoción y nos encontramos con ellos, los benditos libros. Enfrentarse a la dimensión física de este objeto, que es algo más que un libro común y que se acerca a un artefacto artístico con un marcado ADN de ZG, es como una explosión de placer largamente demorado. Así que no pudimos evitar gozarlo sin remordimiento alguno al tenerlo en manos. Ahora es de ustedes la delicia de tocarlo, abrirlo, recorrerlo, mirarlo y remirarlo una y otra vez. ¿Y qué quieren que les diga? No hay una definición posible porque lo físico, el peso y el tacto, lo tridimensional, la hoja, el sonido... son un conjunto de elementos que vienen a definir algo que es rico en matices. En resumen, "es un chiche". La definición es perfecta y la dio nada menos que la autora. Coincidieron con ella, sin estar en su presencia ni haberla escuchado cuando lo decía, algunos de los fieles de LA VISITA, y este proyecto les debe mucho a sus fieles, que tuvieron la suerte de encontrarse con él en su día cero.
Hoy es el día, y se cumple así la verdadera razón de ser de todo esto, la posibilidad del placer azul es para todo el mundo: los libros llegarán a la librería Mundo de Papel (Constitución 166, Bellavista) y a otros puntos de distribución. También se irán, por correo, algunos ejemplares a regiones, que ya han sido solicitados a través de nuestra dirección electrónica receptora de pedidos (editoriallavisita@gmail.com). Estamos comprometidos con la descentralización de la fotografía y eso significa, en términos prácticos, que nosotros corremos con los gastos de envío dentro y fuera de Santiago.
La preventa de cien ejemplares, reservada para los ejemplares abonados antes de su distribución comercial y premiada con una fotografía original de ZG, firmada y numerada, se aproxima también a su meta. El miércoles 16 se cerrará definitivamente. Si aún quedan fotografías sin adjudicar se pondrán a la venta como un objeto aparte durante la presentación para aquéllos que quieran hacerse con ella e incorporarla a su colección privada.
La semana clave del lanzamiento recién comienza. Antonio, con su expresiva cara impresa en múltiples fotos, aulla por salir al mundo y no disimula su deseo de llegar hasta los ojos ansiosos de los que buscan contemplarlo.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Antonio llega a los papeles


Hay gente que pierde la cabeza buscando esto mismo, que es capaz incluso de saltar desde una terraza a una altura considerable sin pensar en las consecuentes lesiones físicas que esta acción irresponsable provoca, el daño mental ya lo tenían de antes, por las mismas razones. Sin embargo, ahí está él, sobrio, sin estridencias, sin inmutarse, como si acaso no lo mereciera -y vaya si lo merece- disfrutando en paz de su inesperada y repentina fama.
Antonio llega hoy con su libro, y siempre de la mano de su mentora ZG, a los papeles. Su cara está en los diarios. LUN, el tabloide chileno de mayor visibilidad física y virtual, le dedica hoy el artículo principal de su página de Cultura a nuestro quiltro preferido.
Abran espacio para nuestro perro protagonista. Acompaña la escritura del inefable Rodrigo Castillo, con esas preguntas ingeniosas que ponen a prueba la tolerancia del artista y los límites de su paciencia, una magnífica fotografía, la que abre la serie en el interior del libro, bautizada como "Hada" durante los procesos de preparación de Las novias. ZG le puso "Chimy-2" a esta misma imagen. No importa: ella, vertical, inquebrantable, fue la elegida.
Así que no se lo pierdan, si no lo han visto aún pueden salir raudos a buscarlo: Las últimas noticias, miércoles 9 de diciembre -still imaging, Lennon- de 2009, página 38. Y si no quieren darse el trabajo, les adjuntamos el recorte. Así de fácil.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Vamos firmando libros, mierda


Se produjo un leve silencio. Todos los ojos se pusieron sobre ella en ese instante. Ahora el placer es de ustedes. Observen el momento emocionado en el que ZG le pone su firma a la tapa del libro de su bienamado Antonio.
Ocurrió hace muy poco y en pocos días más ella misma le estará poniendo su firma, a los que así lo soliciten, a los ejemplares de un libro muy deseado. Sería largo contar todo lo que ha pasado para llegar hasta aquí. Lo haremos, todo a su tiempo. Además queremos guardarnos algo para el día de la presentación.
Cuesta editar fotografía en Chile, a pesar de que hay mucha obra interesante que se produce en este suelo que compartimos. Los lectores son pocos y las editoriales grandes se escudan en eso para hacerle el quite al asunto. Sin embargo, sabemos que si la fotografía tiene capacidad de convocatoria, y eso dicen todos los datos de muchas exposiciones y eventos fotográficos, significa también que hay un grupo de gente que puede llegar a los libros, el soporte más noble y duradero para la expresión de la obra. Para eso es importante editar cosas que merezcan realmente la pena y llegar al público con un precio muy razonable. Esa es la tesis de los que estamos aquí.
En estos días, ZG le pone su corazón a este asunto, y tiene mucho, para que todo resulte. Quiere, como todos nosotros, que la aventura sea exitosa y que estemos en condiciones de editar muy pronto el número tres de la colección. Nosotros, anticipando lo que se le viene, le hemos pedido que vaya ensayando su firma una y otra vez porque se le viene pesada la mano. Y lo hace bastante bien. Si no lo creen, vuelvan a ver otra vez este video. ¿Verdad que lo hace estupendamente?

sábado, 5 de diciembre de 2009

¿Otra prueba más, me dijo?


Una primera llamada de teléfono nos puso en alerta amarilla. La segunda, que advertía que estábamos por fin en el gran viernes, la cambió a naranja. Finalmente, la tercera nos movilizó raudos y veloces como ambulancias en plena urgencia camino de la imprenta. Las Heidelberg Speedmaster, máquinas de impresión en las que se hace el libro de ZG, iban a ponerse en marcha.
Pues bien, a lo mejor se preguntan la razón de tanta prisa. El momento en el que salen los pliegos de las páginas o se cocina la portada, el tiro y el retiro, es el más importante en un proyecto editorial fotográfico. Es ahí cuando se calibran las máquinas, se catan las imágenes se evalúan y se hacen los últimos ajustes. Las decisiones que se toman son para siempre.
Si no estamos ahí, la autora y los editores, las decisiones las toman otros y luego no hay forma de volverse atrás. Así que nosotros siempre vamos en patota. Muchos ojos, todos con experiencia en proyectos de este tipo, y, en privilegiado lugar, la autorizada voz de la autora del trabajo.
La portada salió rápida. Apenas unos matices porque todo estaba bien. Muchísimo mejor que en la maqueta que ya habíamos aprobado. Pero la cosa se alargó con los dos pliegos de páginas. Fue en ese momento cuando pusimos a prueba la paciencia de los operadores de máquinas. Hacer una, dos, tres...hasta cinco pruebas es normal. Lo crítico es cuando quieres hacer quince o más. En nuestro caso, como sabemos lo que nos jugamos en nuestra instancia, estamos dispuestos a no regalar nuestra firma, que valida lo que será el resultado final, y somos capaces de ser tozudos, insistentes y muy intensos.
Eso explica la segunda imagen de esta entrada. Observen el rostro expresivo de Cristián, el jefe de máquinas, al borde de un ataque de nervios atendiendo a las explicaciones de Carla Möller cuando ya llevábamos más de una docena de pruebas. Como queremos lograr nuestros objetivos, sin que el diálogo se rompa y que entre en un terreno inmanejable, alternamos con maestría los papeles del policía bueno y el policía malo. Todos los recursos sirven para llegar al nivel de calidad que queremos. Sabemos que ahí está la diferencia que hará del libro el objeto de deseo que soñamos.
Finalmente, después de larguísimas horas en la imprenta, nos fuimos plenamente satisfechos todos. Cuando escribo esto, las páginas ya están impresas. También la portada. Falta cortar, doblar, troquelar y encuadernar. Falta menos para que los libros estén definitivamente en la calle. La inscripción de interesados, y todos ellos se harán además con una valiosa imagen fotográfica de la serie se aproxima ya al medio centenar. Se vienen muy pronto: dejen de morderse las uñas.

jueves, 3 de diciembre de 2009

San Antonio y el arte de perder la fe


¿En estos tiempos, de premoniciones apocalípticas y malos augurios, hay algo en lo que se pueda creer? Afortunadamente hay varias razones para quebrar esta pregunta fatal y triste, pero voy a darles una inevitable para los que estamos metidos en esto: las imágenes. Y eso a pesar de que han sido denostadas con dureza por los moralistas férreos, acusadas sin defensa de alejarnos supuestamente de la realidad pura y dura. Pues bien, esa premisa es falsa. Se puede creer en las imágenes por varias razones pero sobre todo porque la realidad que ellas construyen, y que afortunadamente se aleja muy a menudo de la que experimentamos sensorialmente y soportamos con estoicismo, también existe y es real. Son mundos que se miran y pueden, a partir de ese viaje, habitarse. Son tan reales o más que la supuesta realidad auténtica del gris cotidiano.
¿Pero qué diablos es esto, un tratado de filofía? No, ni mucho menos. Tranquilos, no huyan. Ocurre que hay un aspecto a destacar de la obra de Zaida González: su trabajo expresa, en primer lugar y por encima de cualquier acotación posterior sobre sus formas y contenidos, una fascinación religiosa por las imágenes. Lo que se dice una auténtica devoción.
Históricamente fue el credo católico, tras la Reforma, el que abrazó sin asco las virtudes proselitistas de la iconografía de santas y santos, mártires y protagonistas varios de diverso orden jerárquico para educar a las masas y conseguir sumar nuevos adeptos. O para adocenarlos. O salvar sus almas del valle de lágrimas y las penas del infierno. Queda en ustedes el juicio final: pónganle el verbo que quieran o reconstruyan la frase si es necesario.
Mirando y remirando las fotos originales de la serie Las novias de Antonio, con copias químicas monocromas de pequeño formato y coloreadas a mano por ZG, vuelven automáticamente a la memoria esas estampitas religiosas que se decoloran en las manos, que viajan escondidas, brindando alguna mágica protección, en tantos bolsos, bolsillos y carteritas.
Más allá de lo evidente, hay vínculos claros entre ambos objetos, aunque ZG desmonte con inteligencia una y otra vez ese soporte para proponer sus propios temas y para apelar a una nueva moral colectiva. El ansiado éxtasis, y las manera para alcanzarlo y dotarlo de signficado, separa y atraviesa territorios de unas y otras visiones.
Para entenderlo nada mejor que mirar con atención una de las imágenes de la serie de fotografías de Robinson Marchant, uno de los primeros entusiastas del nuevo título, sobre la tradición del Quasimodo. Es un interesante ensayo lleno de color y caos que puede verse en su Facebook. Fíjense en la manera que esa señora apreta esa estampita, en la cara de sufrimiento gozoso de quien la sujeta. Resulta sobrecogedora esa manera de creer y la forma en que la imagen termina siendo el medio para un viaje hacia una dimensión espiritual y trascendente. Resulta además muy paradójico que ZG y Antonio (nuestro protagonista merece una canonización cuanto antes) nos hablen exactamente de lo mismo. Por fin, nos quieren hacer entender con su entusiasmo, hay algo en lo que creer. Aunque nunca la hubiéramos perdido del todo, empezamos a recuperar la fe.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La hora de la verdad





Llegó el momento de la verdad. Esta mañana (miércoles, 2 de diciembre de 2009) estuvimos en la imprenta. El comité editorial en pleno de LA VISITA acompañó a nuestra autora en la supervisión de la prueba de color. Juntos tomamos las últimas decisiones antes de que las máquinas se enciendan y los libros dejen de ser virtualidad pura y pasen a ser objetos con peso físico. ¿Alguna vez han asistido a un parto? Esto es algo muy parecido, matizado además por algo así como el desvarío total de las posibilidades abiertas del control genético que permite decidir de que tono azul deberían ser los ojos. Menciono ese color porque uno de los cambios que introdujimos, junto a otros varios, fue el tono de la portada. El que nos mostraron se aproximaba peligrosamente a las cartulinas escolares y el que queremos, y que fue finalmente el que se seleccionó coincide exactamente, o todo lo que se puede, con el de uno de los fondos utilizados en una de las series de este título. Pequeñas correciones en los textos, ajustes de color en las fotos, variaciones en la intensidad de las tintas en las tipografías. Son los últimos ajustes y hay que hacerlos con mucha concentración porque luego la cosa ya no tiene remedio. Y no queremos defraudar, sino todo lo contrario. Estamos ya comprometidos con mucha gente y además, por principios, nos gusta hacer las cosas bien. La razón principal en cualquier caso, no hay que olvidarlo, es que Antonio y Zaida o Zaida y Antonio, tanto monta, monta tanto, se merecen lo mejor. Sólo lo mejor.

martes, 1 de diciembre de 2009

ZG y el bullying


Pues bien, ahora que vamos entrando en confianza podemos contarles un capítulo interesante y desconocido, y tiene muchos, de la inimitable autora del libro que nos traemos entre manos. Forma parte de la biografía íntima de tan carismático personaje pero, ¿para qué sirve un blog si no es para echar luz sobre estos detalles sabrosos, para solazarse con las anécdtas del viaje? Además, qué tanto si ella me autoriza.
El caso es que hace más de doce años, allá por 1997, Zaida González era una joven alumna de fotografía que había entrado a estudiar apenas unos meses antes al ALPES, en la todavía gloriosa calle República. ZG era una alumna recién llegada pero que se hacia notar. Tenía una personalidad definida, rasgo que compartía con la mayor parte de sus compañeros, y además, y esto era más inhabitual, tenía un par de cosas claras en la vida. Una de ellas es que le gustaba de verdad la fotografía, después de haber buscado su lugar en otros sitios, y que además compatilizaba ésta con otras pasiones como el amor por los animales que ha ido cultivando, con meritorios logros también académicos, en paralelo.
Allá por septiembre de aquel año, nuestra insigne autora se vio envuelta en un episodio clásico de la aulas: eso que ahora llaman bullying. Junto a una amiga le plantaron cara a una compañera con la que no tenían, digámoslo así, demasiada afinidad de piel. Así que en los baños traseros de la escuela una tarde de viernes, si la memoria no falla, se escucharon gritos y golpes. La supuesta víctima le puso color al tema e hizo toda una denuncia en regla y dio avisó a sus progenitores, quienes a su vez hicieron la queja formal frente a las autoridades académicas.
Interrogadas por mí, que ejercía en ese minuto como coordinador en una de las carreras de fotografía, muy serio y circunspecto ante la gravedad de la denuncia, ambas reconocieron estoicamente que sí, que le habían sacado la cresta a la mencionada, por decirlo de alguna forma elegante al tiempo que argumentaban que las rencillas venían de atrás. Como corresponde en estos casos, los miembros del consejo académico, conscientes de que teníamos un problema, deliberamos sobre la situación. Entre los argumentos que allí se esgrimieron, el que pesó fue que si bien el asunto era grave y afectaba a la convivencia pacífica de la agitada comunidad alpina, la sanción prefijada en los reglamentos, la expulsión sin miramientos de las supuestas agresoras, iba a pesar dramáticamente sobre una alumna extraordinariamente talentosa que estaba buscando su camino y que parecía que lo había encontrado. Ojo, en el arte y la imágenes, entíendase, no en el pugilato, aunque si la ocasión lo amerita también sabe sacar las garras y pegar sus combos.
Finalmente primó el sano juicio y la expulsión quedó reducida a una matrícula condicional. En esas circunstancias conocimos a la madre de ZG, cuando se le comunicó la medida, y supimos que la amonestada no sólo agradecía la levedad de la sanción sino que prometía dar pruebas de que no nos arrepentiríamos.
Dicho y hecho. Durante el resto de sus estudios, ZG siguió siendo una alumna destacadísima y participó en cuanta exposición y muestra se organizó en aquellos años con los trabajos que en aquel lugar entrañable se producen. En sú último periodo fue una de las apuestas más firmes de una recordada exposición colectiva, bautizada como "Ángeles y demonios", donde compartió cartel con otros destacadísimos representantes de su generación.
Ironías del tiempo, Zaida encontró por ahí estos días la carta donde se le comunicaba formalmente el resultado de aquellas viejas deliberaciones. Ahora me la manda para que nos ríamos mientras recordamos el episodio y para compartirlo con todos ustedes.
Por cierto, que esa escuela, que siempre ha estado orgullosa de haber tenido entre sus filas gente como ZG, decidió también apoyar con firmeza esta iniciativa editorial y han sido nuestros colaboradores en los dos primeros números.