jueves, 12 de mayo de 2011

El placer de lo físico



El libro LA NIEBLA de Mauricio Valenzuela tiene ya unas dimensiones reales (altura, anchura y profundidad) y existe como objeto físico. Así se observa en el par de imágenes que acompañan esta entrada, en las que fotografiamos el ejemplar número uno, entregado por la imprenta en las pruebas de encuadernación.
Por lo tanto se puede experimentar ya el placer inmenso de notar su peso en las manos, escuchar el sonido de su páginas, sentir el tacto del papel, sus variaciones entre el interior y las tapas. Y en estas últimas, la textura diferente entre el interior y el exterior. Como bien sugería Antonio de la Fuente, autor del flamante prólogo interior, son irrefrenables las ganas de "tomarle el olor" al libro.
En estos tiempos de publicaciones virtuales, y la nuestra está ya a disposición de quien quiera verla, es factible simular su recorrido. Se simula el viaje como se simulan los orgasmos, ¡cuánta tristeza insoportable!, pero nada iguala al cúmulo de sensaciones que supone tenerlo en las manos y disfrutar de él, de su tridimensionalidad gloriosa en el espacio. Nada supera a gozarlo sin depender de energía eléctrica alguna, sin tener que estar necesaria y permanentemente enchufados.
Y ahora sólo queremos que este placer nuestro sea general y compartido.

jueves, 5 de mayo de 2011

La pelota no ha tocado suelo


Lo habíamos anunciado y ahora por fin se desvela el misterio. Esta es la fotografía original, seriada y autografiada por Mauricio Valenzuela que recibirán todos los que ya se han sumado a la preventa. También los que lo hagan, hasta completar los cien primeros ejemplares, antes de que el libro se presente y se entregue a sus destinatarios. Si aún no lo has hecho, todavía hay tiempo (y fotos), envía tu correo reservando tu ejemplar a edicioneslavisita@gmail.com.
La imagen, no incluida entre las que se publican en el libro, tiene más o menos el mismo tamaño (13x18 centímetros) que la que entregamos en la preventa anterior de Zaida González, y pertenece a una serie de la misma época (los agitados años 80) que las imágenes de LA NIEBLA. Fueron tomadas con una cámara argentina que circuló por Chile en esa época con lente de plástico, que lograba imágenes misteriosamente difusas. Resultan perfectas para esa mirada metafórica de MV, testigo singular de una época extraordinariamente convulsa política y socialmente.
Un grupo de niños juega en lo que parece un patio de colegio. Algunos de ellos quedó para siempre congelado en su salto infantil. La escena provoca esa fascinación rara que tienen las buenas fotografías que nos permiten ver cosas imposibles de ser observadas con el ojo desnudo. También nos hace recordar esos versos atribuidos a Dylan Thomas: "La pelota que lancé cuando era niño / todavía no ha tocado suelo".