

El libro LA NIEBLA de Mauricio Valenzuela tiene ya unas dimensiones reales (altura, anchura y profundidad) y existe como objeto físico. Así se observa en el par de imágenes que acompañan esta entrada, en las que fotografiamos el ejemplar número uno, entregado por la imprenta en las pruebas de encuadernación.
Por lo tanto se puede experimentar ya el placer inmenso de notar su peso en las manos, escuchar el sonido de su páginas, sentir el tacto del papel, sus variaciones entre el interior y las tapas. Y en estas últimas, la textura diferente entre el interior y el exterior. Como bien sugería Antonio de la Fuente, autor del flamante prólogo interior, son irrefrenables las ganas de "tomarle el olor" al libro.
En estos tiempos de publicaciones virtuales, y la nuestra está ya a disposición de quien quiera verla, es factible simular su recorrido. Se simula el viaje como se simulan los orgasmos, ¡cuánta tristeza insoportable!, pero nada iguala al cúmulo de sensaciones que supone tenerlo en las manos y disfrutar de él, de su tridimensionalidad gloriosa en el espacio. Nada supera a gozarlo sin depender de energía eléctrica alguna, sin tener que estar necesaria y permanentemente enchufados.
Y ahora sólo queremos que este placer nuestro sea general y compartido.