
Aunque casi nadie lo recuerda, LA NIEBLA es el segundo libro que publica Mauricio Valenzuela. El primero, editado en unas ediciones económicas que circularon en fotocopias en la década del 80 y convertido ahora en un precioso objeto de culto, fue una iniciativa del fotógrafo Felipe Riobó (también prestigioso psiquiatra, como solemos recurrentemente decir cuando nos referimos a él).
Felipe Riobó, cuyo aspecto me recordó a Orson Welles, acudió ayer con toda su bonhomía al barrio República. Nos juntamos a almorzar con la excusa de preparar la actividad de este jueves. En medio de una gratísima conversación, fuimos testigos del emocionante reencuentro entre Riobó y Valenzuela, quienes formaban junto a Claudio Bertoni, una sociedad inquebratamble de amigos y amantes de la fotografía.
Haciendo historia y tratando de unir cabos (lo que no deja ser motivo de orgullo para los visitantes), Felipe remomoró el frío recibimiento con el que aquella iniciativa editorial fue recibida en su época, cómo el esfuerzo estuvo a un tris de pasar completamente desapercibido.
Mauricio contrastaba esta situación con la ocurrida recientemente, cuando el fotógrafo inglés de Magnum Martin Parr, gran conocedor y coleccionista de libros de fotografía, se interesó por aquel ejemplar.
Tengo la versión en PDF de aquel primer libro. Hay mucho talento en esas páginas, que se arman como un dispositivo de belleza extraordinaria para potenciar la obra de Mauricio Valenzuela. Hay además una inteligencia preclara en la edición, arriesgada y valiente, fresca y original, jugada y de resultados fantásticos.
De todo esto y varias cosas más se hablará este jueves en el GAM (la cita es a las 19:00 horas) cuando nos juntemos para darle la bienvenida a LA NIEBLA. Felipe Riobó será el maestro de ceremonias de este encuentro, en el que estamos dispuestos a que pase cualquier cosa. Todo menos aburrirnos.
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