
Fue la imagen más debatida de la serie. El comité editorial que participó en la edición de LA NIEBLA (integrado para la ocasión por Rodrigo Gómez Rovira, Miguel Ángel Larrea, Antonio de la Fuente, Carla Möller y Miguel Ángel Felipe) no dudaba tanto de su inclusión y pertinencia como de su ubicación y sobre todo de su tamaño en el libro. Se argumentaba, con peso, que la sutileza delgada de la imagen corría el riesgo de irse al traste con una mala impresión. Estos debates aparecen materializados en las maquetas previas que llevaron al resultado final.
El propio autor, Mauricio Valenzuela, la situó como indicador del rigor con el que el comité había trabajado. "Extraordinario, no hay concesiones a nada", afirmó en su momento. Ni concesiones, ni facilismos. La imagen que da fin a la serie, una doble página abrumadora, es el estado más elevado al que se puede llevar la niebla como tema, un estupendo final para el recorrido por una ciudad de atmósfera angustiante. Está en la frontera imprecisa en la que las imágenes fotográficas dejan de ser figurativas antes de caer en el abismo estético de la abstracción más absoluta.
No hay mejores críticos que los que a diario nos rodean. El fotógrafo Willy Gómez, un amigo fiel de LA VISITA, conversador entusiata y terapéutico, amen de ameno compañero de trabajo, fue una vez más uno de los primeros en revisar el libro apenas salió de imprenta. Hizo el recorrido por todas sus páginas antes de recalar en la doble página mencionada, donde sus ojos escrutaban alguna verdad. Su interlocutor trató de enviarle alguna ayuda aduciendo que todo hacía pensar que se trataba del lecho del río Mapocho. Su respuesta conmueve y ayuda: "pues yo aquí veo un barco".
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